La panna cotta se sirve en muchos restaurantes italianos y recuerda un poco a un flan de vainilla. Es muy fácil de hacer y a los niños a los que les gusta la textura del flan les suele encantar. No es un postre en el que los niños más pequeños puedan ayudar, porque toda la receta requiere usar el fuego y el caramelo es especialmente peligroso en cuanto a quemaduras se refiere. En fin, que lo disfruten con la cuchara.Ingredientes (para 4 raciones medianas):
200 gr de nata líquida (36%m.g.)
60 gr leche entera o semidesnatada
50 gr de azucar
1 hoja y media de gelatina
Opcional, un trocito de rama de vainilla.
Para el caramelo, 4 cucharadas soperas de azucar.
Necesitareis 4 moldes pequeños para hacer cada ración de panna cotta.
Elaboración:
Primero, ponemos la gelatina en agua fria para que se reblandezca durante 5 minutos. Luego ponemos en marcha el caramelo. Para eso, en una sartén antiadherente se ponen las 4 cucharadas soperas de azucar al fuego, sin agua y sin moverla hasta que el caramelo no empieza a dorarse. Cuando el caramelo se dora se aparta del fuego y se baña el fondo de los moldes donde irá la panna cotta.
En un cazo se pone a calentar la nata con la leche y el azucar (semillas de vainilla opcional) a fuego medio y se remueve ligeramente. Cuando adquiere una temperatura alta, sin que llegue a hervir se añade la gelatina cuando esté blanda y previamente bien escurrida. Apagamos el fuego y removemos bien para que se deshaga completamente la gelatina.
Por último vertemos el líquido en los moldes bañados con caramelo. Cuando se enfríen se meten en el frigorífico al menos 6 horas antes de consumir para que estén bien consistentes. Luego, a la hora de desmoldarlos, pasamos un cuchillo fino por el borde de las panna cotta e introducimos los moldes unos 20 segundos en un recipiente que tenga algo menos de medio dedo de alto de agua muy caliente para que el caramelo funda. Ponemos sobre el molde el plato o bol donde vayamos a servirla y volteamos.
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