Qué envidia da ver cómo un niño maneja el mando de la Play, ¿verdad? Cuando siempre se ha sido una persona negada para los videojuegos como yo, que pasó por las primeras videoconsolas con más pena que gloria, me siento un poco de la Edad Media al ver la soltura de los niños con los botoncitos y las palancas.
Ahora que, como todo lo audiovisual, los videojuegos son un arma de doble filo. Y aunque por un lado nos dan ocasiones para jugar en familia, por otro suscitan muchas dudas sobre los efectos que tienen en los niños cuando empiezan a querer más y más. Y a obtenerlo.
De eso habla este artículo publicado hace unos pocos días en el suplemento de Salud de El Mundo (Los videojuegos también elevan el riesgo de problemas de atención en niños y adolescentes). El "también" va por la tele.
En fin, más retos para los papás. Feliz fin de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario